30 de abril de 2015

¡No desvíes la mirada!

Hoy descubrí algo importante: Intuición espiritual no es lo mismo que Impresión espiritual. Ambas tienen efectos y objetivos distintos. Sin embargo, aún no podría explicarlo bien. 
Lo dejo a vuestro criterio.

"Mujer Bailando" de José Velázquez de Castro.




¡No desvíes la mirada!
Una voz interior que habla fuerte y manda...



No es correcto presumir espiritualidad, menos aún, pretender que los demás reconozcan nuestros "méritos espirituales". Sin lugar a dudas, el día en que lleguemos a ser personas plenamente espirituales y conscientes, tendremos dominado nuestro ego, seremos amor... nisiquiera se nos pasará por la mente presumir.



No estoy diciendo que yo sea un ser elevado ni nada por el estilo, todo el tiempo tengo esta pugna entre mi ego (egolatría), mis delirios de grandeza... y el camino espiritual de humildad, amor y servicialidad que he escogido vivir. 



Pero tampoco quiero que lean estas letras con un tono incrédulo, porque de verdad, no estoy intentando presumir nada. Sólo quiero compartir con ustedes una experiencia realmente sobre natural, sencilla, pero muy luminosa.


Hoy, mientras caminaba por las calles de mi natal Concepción, vi a lo lejos a una mujer. Ella estaba sentada en el suelo, tejiendo, con un niño entre sus brazos. Cuando mi mirada se posó allí, no sentí nada, de hecho, en milésimas de segundos estaba desviando mis ojos hacia mi celular, sí, para cambiar esa canción fea que se coló en mi playlist. 

Fue en esa milésima de segundos cuando sentí, no una voz materialmente audible, no algo perceptible al oído humano, fue algo interior, espiritual, fuerte y firme.

"¡No desvíes la mirada!" - ¿qué era esto? ¡Esto no era una intuición! ¡No era algo difícil de interpretar, difícil de comprender o decifrar! ¡Era una instrucción clara, sencilla y firme!

En primer lugar, quisiera mencionar que esa es la diferencia entre "intuición espiritual" e "impresión espiritual". La primera se debe discernir y analizar profundamente, la segunda en cambio es clara, sencilla, lógica...

No confundan mi impresión espiritual con un síntoma de esquizofrenia. Si  yo hubiese escuchado "con el oído" esa voz, habría corrido por cuenta propia al psiquiátra. Pero no, no es algo material, es algo que retumba en lo más íntimo del corazón, de la mente, del espíritu... es una comunicación espiritual con la luz, que pareciera tener personalidad propia y manda, instruye, ordena...

¿Qué pasó cuando mantuve la mirada? Esta mirada activa, me regaló algo que no tiene precio, la sonrisa de esta mujer.

¡Hola! - le dije, mientras le hacía una señal con la mano a ella y a su hijo. Ambos respondieron al saludo con mucho afecto.

No nos dijimos nada más, no fueron más de dos minutos entre la mirada mutua, la sonrisa y el saludo. Y es que tal vez esa mujer no necesitaba nada más. ¿Cuántas veces al día se sentirá ignorada por quienes pasan por su lado? ¿Se sentirá inferior mientras teje en el piso? ¿Se sentirá inferior al ver a los demás pasar literalmente "por encima de ella"?

Dinero no necesitaba. Esa mujer trabajaba ahí, en el suelo, vendiendo lo que tejía. Y aunque hacía unos pesos diarios, hay cosas que el dinero no puede comprar.

También yo necesitaba esa sonrisa honesta. Y debo reconocer que tras esta experiencia advertí un cálido reposo espiritual.

Dejo mi experiencia a vuestro criterio, más adelante profundizaré en el valor de una simple sonrisa. De momento, espero puedan asimilar que sí existe una diferencia entre la intuición espiritual y la impresión y que ambas tienen una finalidad distinta, aunque proceden de la misma luz.


Léonard M

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